Trinidera es una de las pocas piezas a las cuales el artista ha dejado completamente, en la parte externa, el efecto del silicato de sodio. Esta característica la embellece, dándole una arruga que cambia a diferencia de la dilatación que asumió en la fase de creación en el torno. La intensidad del color exterior evoca la corteza de un árbol o la tierra removida después de dos días al sol. El interior, además de adquirir tonalidades que van desde el verde hasta el turquesa, se caracteriza por una grieta natural creada en la base del jarrón. Esta grieta toma tres direcciones diferentes, dando así el nombre a la pieza. La grieta ocurrió durante la fase de decoración, la última cocción. Es este detalle el que da nombre a la pieza. Trinidera es una pieza recomendada para aquellos que aman las superficies que recuerdan a la naturaleza y que desean embellecer su entorno con un objeto fuera de lo común.